jueves, 31 de octubre de 2013

Fantasmas

En estas fechas es común hablar sobre fantasmas, espíritus y sucesos sobrenaturales. En nuestro afán por dejar una huella luego de nuestro paso por esta vida, solemos confundir algunos fenómenos físicos o neurofisiológicos con experiencias fantasmagóricas o señales paranormales.
Un caso de fenómeno físico muy extendido y cotidiano, que solemos confundir con la presencia de fantasmas en las casas o en lugares muy antiguos, son las psicofonías, que son grabaciones en lugares abandonados o solitarios o en lugares públicos vacíos donde se escuchan voces o sonidos humanos… Pero en realidad cuando oímos sonidos en lugares donde no hay más personas (como pasos, cantos, voces o risas), esto se debe a impregnaciones; esto es sonidos que quedan grabados (como si fueran surcos de un disco de acetato) y las condiciones de clima, temperatura o velocidad del viento hacen la función de agujas en un tocadiscos que permiten que esos sonidos se escuchen.
En cuanto a los fenómenos neurofisiológicos que solemos confundir de manera cotidiana con fantasmas o experiencias sobrenaturales, cabe una explicación de cómo funciona nuestra percepción.
Si consideramos que la manera cómo recibimos las señales del exterior y luego las interpretamos se da gracias a los 100 mil millones de neuronas (y cada una se puede conectar hasta 1000 veces), podemos encontrar diversas disfunciones que nos hacen suponer que estamos ante un fenómeno sobrenatural.
Por ejemplo, si yo veo a una persona, cuando mis ojos captan la información, ésta se va a dividir en diversas áreas: memoria, percepción, consciencia y en 20 milisegundos tendré la información de quién es, qué relación guardo con esa persona. Cuando el lóbulo tiene disfunciones, por ejemplo por fatiga, alguna de estas conexiones se retrasa unos 10 milisegundos y entonces mi cerebro capta que es una experiencia que ya tuvo: eso que conocemos como “déjà vu” (ya vivido) y, en efecto, fue algo que ya vivieron (20 milisegundos antes)…
¿Por qué se dan este tipo de fenómenos? Por distorsiones causadas por el cansancio que provocan este tipo de disfunciones en el lóbulo temporal.
Otro fenómeno con orígenes neurológicos es el de ver la luz al final del túnel… Este tipo de alteración se da cuando se pierde la consciencia; cuando esto sucede es como si se apagaran todas las luces, de modo que al apagarse tan sólo queda un túnel.
En cuanto a la sensación de que “se te sube el muerto” puede originarse por el tipo de comida que ingerimos antes de dormir (mala alimentación), cansancio, fatiga extrema. Lo que sucede es que, cuando nos vamos a dormir, desconectamos áreas del cerebro para descansar. Primero desconecto del cerebro mis áreas de movimiento (para que si estoy soñando que corro no me pegue) y luego la consciencia. Lo que nos hace sentir que algo nos pesa y no podemos movernos es que la consciencia se conecta primero y los movimientos se conectan después, por eso experimentamos esa sensación de que no nos podemos mover. Ahora que si esto ocurre con mucha frecuencia, debo tener alguna disfunción del lóbulo temporal que lo está causando.
Aunado a las disfunciones anteriores, también hay personas que tienen sensaciones olfativas; por ejemplo, con condiciones como la migraña, se percibe algún tipo de olor previo a la crisis de migraña. Y si el área afectada incide en lo visual puedo percibir sombras o si se activa el área perceptual puedo sentir que alguien está viéndome.
Por último, otra forma muy fácil de disfuncionar es la sugestión. Si nos encerramos en una casa abandonada o misteriosa todos y decimos que algo se va a aparecer seguramente relacionaremos otros estímulos o confundiremos alguna sombra con un fantasma.