lunes, 11 de abril de 2016

El CHAT PROHIBIDO


Era una de esas ventanitas que sólo podíamos ver ella y yo. Absolutamente privado...
ELLA - Hola, ¿seguimos el tema?
YO - ¡Vale! Pero no creo que puedas convencerme, ya sabes... me cuesta creer estas cosas..
ELLA - No pretendo convencerte de nada, pero nací con ciertos dones y tampoco tengo
intención de ocultarlos al mundo.
YO - eso debe estar bien.. supongo..
ELLA - Está bien, pero no siempre. Cuando tengo una visión acabo agotada.
YO - ¿Te supone un esfuerzo?..
ELLA - Sí, bastante esfuerzo.
YO -¿Y por qué lo haces?
ELLA - No es algo que se elija, se nace con ello.
Hubo un momento de silencio en el que ninguno de los dos hablamos..
ELLA - ¿Sigues ahí?
YO - Sí, ¿no puedes verlo? .-Bromeé.

Entonces dijo algo que me asustó...

ELLA - Sí, puedo verte..
Tragué saliva y pensé, vaya, me está tomando el pelo y yo caigo como un tonto..
Sentí un escalofrío pero.. decidí presionarla.

YO - ¿Ah, sí? Pues dime... ¿con quién estoy?
ELLA - Solo..
YO - Dime algo que me sorprenda. Algo que veas en mi habitación.

ELLA - Veo que tienes algunas de las teclas de tu ordenador borradas. Tecleas rápido.

YO - Ya, pero eso puede pasarle a cualquiera. Las letras de los teclados se borran.

ELLA - Tú tienes borrada la A, la S, la L y la M.

Miré mi teclado más curioso que horrorizado, pero de la curiosidad a la ansiedad
hubo tan sólo un instante. Ya no me hacía tanta gracia el juego. Mi condición de
incrédulo, no obstante, me hizo ir más allá...

YO - ...Pues estoy seguro de que casi todos tenemos las mismas letras borradas. Dime algo que sorprenda de verdad.

ELLA - ¿Por qué quieres seguir con esto si no me crees?
YO - Igual para conocerte un poquito más, o para experimentar algo que no haya experimentado antes.

En ese momento supe que ella sonreía desde su lado del monitor. Internet es un sitio curioso.

ELLA - ¿Cómo llevas el libro? –Preguntó de pronto.
YO - ¿Qué libro?
ELLA - El que tienes encima de la mesa... déjame ver... La fuerza bruta, de John Steinbeck.

Miré a mi derecha con los ojos como platos. ¿Se lo había dicho? ¿Le había dicho que lo había empezado o que iba a leerlo? ¿Le había dicho que solía poner los libros en mi mesa porque me encantaba mirar una y mil veces las portadas de los libros que me estaba leyendo? Evidentemente, la respuesta debía ser sí.

YO - Acabo de empezarlo...
ELLA - Yo no lo he leído.
YO - Ya te diré qué me parece. ..

ELLA - Alguien va a llamar a la puerta.
YO - Ah, pues ve, te espero.
ELLA - No. Es en tu casa. ..

Sonreí incrédulo. Iba a poner una risa (jajajaja) cuando sonó el timbre. Miré hacia la puerta de la habitación. Mis ojos volvieron a la frase premonitoria de mi amiga.

YO - Ahora vengo.
ELLA - Ok.

Llegué hasta la puerta y miré por la mirilla. Un vendedor de alfombras.
- No me interesa. –Dije para no tener que abrir.

YO - ¿Cómo lo sabías? Era un vendedor de alfombras.
ELLA - Te he dicho que puedo verte...

ELLA - ¿Sabes? Algo me dice que debo seguir mirándote. No te asustes pero...
YO - pero???????

ELLA - Es que no sabría explicártelo. Generalmente tengo visiones premonitorias, otras veces, como hoy, puedo provocar el verte. Aparecen imágenes frente a mí y te veo, veo tu habitación, pero esto supone un gran esfuerzo. Me duele la cabeza.

YO - Ya, pero... ¿y el “pero” que decías?
ELLA - Es que no quiero asustarte pero presiento algo raro.

YO - Ahora sí que me estás asustando. ..

YO - No sé pero... quizás deberíamos cambiar de tema.
YO - No es que me hayas convencido pero...

ELLA -  No te preocupes, te entiendo. ¿Tengo tu permiso para seguir observando?

YO - Claro, pero que conste que no tengo tan claro que puedes verme. Mi sesera me
impide creerte. 

ELLA - Cielo, ahora no te asustes pero, no estás solo..

Sentí un escalofrío en mis piernas y brazos...

YO - ¿Qué quieres decir? Me estás poniendo nervioso.
ELLA - No puedo identificarle pero está detrás de ti..

YO - Por favor detente..

ELLA - No se mueve casi, no te asustes, déjame observarle.

YO - Estoy asustado...

ELLA - ¿Notas frío a tu alrededor?

YO - Estamos a más de 30 grados.- Le informé.
ELLA - Ok. Es que no consigo entrar en él.

YO - ¿¿¿EL??? ¿entrar??

ELLA - Se muestra como una estatua por eso no me deja descubrirle. No sé si es bueno
o tiene malas intenciones. Sólo sé que está ahí, estático.

YO - Yo no veo a nadie... esto no me gusta...

ELLA - Ya te dije que no te asustarás, cielo. Además, yo estoy contigo.

YO - Sí, a miles de kilómetros de distancia...

Entonces lo noté. Una especie de roce helado, como si hubieran puesto una mano sobre
mi brazo...

YO - ¡Está pasando algo!
ELLA - ¿Qué??

YO - He sentido un frío helado en mi brazo.

ELLA - Tranquilízate.

YO - Se me ha erizado el pelo, tengo una extraña sensación.

ELLA - Cielo, tranquila, hazme caso.
YO - Esto es muy raro

YO - Estoy asustado

YO - Necesito tranquilizarme, estoy.... Maldicion!

YO - Maldicion Maldicion Maldicion Maldicion Maldicion

ELLA - ¿Quieres dejar de escribir?

YO - Maldicion Maldicion Maldicion Maldicion Maldicion Maldicion

ELLA - Te va a dar una taquicardia, tranquilízate.

Y entonces noté un soplo frío en un mi cuello, como si me hubieran tirado el aliento.

YO - ¿Qué significa el frío del que me hablabas?

ELLA - El frío lo transmiten los muertos cuando se acercan, generalmente algo
enfadados o...

YO - ¿OOOOOO??????????

ELLA - violentos

YO - ¿VIOLENTOS?????

YO - Maldicion ayúdame, qué hagooooooooo?????

ELLA - Tranquilízate, yo no lo he visto moverse.

YO - ¡Haz algo!

ELLA - Cielo ¿quieres tranquilizarte?

YO - ¡Hay alguien conmigo maldita sea ! Tengo un muerto tirándome su aliento en mi espalda,
estoy tembloroso estoy asustado estoy casi llorando

ELLA - Cielo.... ¿te importaría escucharme? Deja de escribir y lee esto..

ELLA - No hay nadie, cariño.
YO - Lo dices para tranquilizarme.

ELLA - NO HAY NADIE

YO - Está aquí, lo siento, lo presiento lo notooooooo

ELLA - Ok. Escúchame. Era broma.

YO - ¿Broma????

ELLA - Quería demostrarte que no existen los incrédulos, cálmate por favor. Yo no veo
nada, es cierto que a veces tengo visiones premonitorias, como cuando han llamado a
la puerta, pero no puedo obligarme a ver a nadie.

YO - pero yo siento algo..

ELLA - Voy a llamarte por teléfono.

ELLA - Cielo, no puedo llamarte sin desconectar esto. Sólo tengo una línea. ¿Puedo
llamarte o prefieres que sigamos aquí?

Cuando ya tenía puesta la mano en el auricular ví su privado. ¿Cómo podía escribirme
y llamarme a la vez? Miré el identificador de llamadas antes de descolgar. No había
número, era anónimo. No era ella. Eso lo tenía claro después de haber visto el privado.

Respiré hondo y dudé entre contestar al privado o descolgar el teléfono. Me decidí
por la llamada.
- Dígame.
- Tu amiga va a a morir mientras tú escuchas este mensaje.
Jamás había sentido tanto miedo y jamás en mi vida mi corazón había dado un vuelco
tan grande ni mis piernas –aún sentado- me habían fallado con tal rapidez. Me hice de mantequilla. Comenzó a darme vueltas la habitación y luché por recuperar el aliento.

De pronto la línea se cortó y comenzó el molesto pitido de “comunicando”.
Solté el auricular como si me quemara en las manos.
Volví rápidamente al chat, al privado. Tecleé tan rápido que lo escribí todo mal.

YO - ?ESta`s ahí´?
YO - respondeeee!!!!
YO - responde por favvor!!!!
YO - ¿no me lees¿¿¿
YO - DI ALGOOOOOOOO

Histérico, cogí mi agenda y marqué su número de teléfono. Yo sí tenía dos líneas y podía permitirme permanecer en internet mientras le llamaba. Conseguí comunicación
con el extranjero y esperé... esperé nervioso, mordiéndome el labio, más agitado que entero, más asustado que nunca... prácticamente bailaba en mi asiento.

Pero no contestaba.

Colgué furioso pegándole tal golpe al auricular que pensé que habría dañado el teléfono. Volví al privado y traté de que mi amiga respondiera. No lo hacía. Al final apareció un mensaje en mi privado. En su ventana.

ELLA - Ahora sí te veo. No tengas miedo. Sólo me quedaré un momento...

Sentí un escalofrío que me recorrió la espina dorsal. El chat me indicó que tras
escribir esa última frase, mi amiga había salido del chat. Ya no estaba allí. No se
había despedido de nadie, ni de mí, ni del resto de los miembros del chat. Había
desconectado.

Miré fijamente la pantalla que sólo se movía ahora en el chat general. Ni siquiera sé de qué estaban hablando. Para mí todas las líneas no tenían significado, sólo podía mirar su último comentario del privado. “Ahora sí te veo. No tengas miedo.
Sólo me quedaré un momento”...

Entonces lo entendí.
Comencé a llorar desesperado.

Mis manos corrieron a mis ojos y lloré sofocado, entendiendo que mi amiga había muerto, que era yo el que había tenido el presentimiento y la premonición, y que ahora ella estaba a mi lado. Esta extraña comprensión me hizo girarme y mirar mi
habitación vacía. No quería creer que no estuviera allí. No podía, no después de todo....

Una caricia, tan suave que apenas era como un suspiro, acarició mi cabeza.
Transmitió tal cantidad de paz que lejos de asustarme me relajó. Mis lágrimas
continuaron cayendo por las mejillas. Ya no las secaba. Miraba al vacío sabiendo que
ella estaba frente a mí.

- ¿Qué te han hecho? . –Pregunté al aire.
- Pssss.
Respiré hondo al escuchar ese sonido. Era como cuando era pequeña, tenía miedo y mi madre ponía su dedo en la boca y soplaba para que olvidara el tema y pensara en cosas bonitas.

Ladeé triste la cabeza. La paz de su caricia no me abandonaba pero sabía que éste sería nuestro primer y último encuentro sin el ordenador de por medio. Me tembló el labio.

- Te echaré de menos.

En ese momento en el ordenador hubo un movimiento general. Se minimizó el chat, se
abrió solo un tratamiento de textos, y apareció una corta frase en una página en
blanco:

Y YO A TI....